sábado, 7 de julio de 2012

Cap. 18 ''Welcome''

Además de esto, iría a Londres... Una vez mas.


 Cammeron despertó muy de mañana al siguiente día, tendría clases temprano, aunque el director le había dicho que se podría tomar el día libre, y quería despedirse de su única amiga. 
 Organizó sus pocas cosas en unas cuantas maletas, se sentó frente al teléfono, miró la hora y suspiró. Bastaron dos timbrazos para que la tía Clarence contestara al teléfono, aunque eran apenas las 5:30 de la mañana, aquella mujer ya entrada en edad, despertaba todos los días a las cinco, para prepararle el desayuno a su marido, lo que le parecía a Cammeron, sumamente machista y patético. Nunca coincidiría con su tía, eso lo tenía claro. Pero en aquel momento, debía llamarla, era su única familia, y se iría, no sabía por cuanto tiempo de lo que había sido su hogar por muchos años, viendo a aquella mujer con frecuencia.
  
 -¿Diga? -Contestó aquella voz fría.
 -¿Tía Clarence? -Preguntó algo cohibida.
 -¿Que sucede?
 -Yo... Bueno... -Buscó las mejores palabras para decírselo, sabía que aquello causaría algo de problema por la recién muerte de su madre y hermana.  -Me mudo a Londres, mi vuelo saldrá hoy. -Un incómodo y escalofriante silencio se  hizo entre aquellos dos antiguos telefonos.
 -Esto es por tu madre ¿no? 
 -No.. Yo...
 -No vas a huir de tu realidad, chica. No te lo voy a permitir.
 -¡No voy a huir! ¡Se cual es mi realidad! -Suspiró- Conseguí una beca.
 -Bien. -Respondió la mujer, cortante- Suerte. -Dicho esto, colgó el teléfono. Dejando a la joven mas que indispuesta.
 ¡Vaya! Esta bien que nunca habían tenido la mejor relación que digamos... ¡Pero era su único familiar cercano en ese momento! Incluso ella, Cammeron, reconocía que su frialdad sobrepasaba muchas veces los límites... Pero lo de su tía era algo de otro mundo, era como si le tuviera aversión. 
 Una vez mas se confirmaba su teoría de que NUNCA debía confiar en nadie. Todas las personas la decepcionarían, solo debía confiar en si misma para salir a delante. No habían excepciones, y cada vez era mas tajante con ella misma, ya que, cada vez se enteraba mas de lo cierta que era su teoría.


...........


 -¿Que diablos está haciendo aquí, Stuart? -Fue lo primero que dijo el director al verla- ¡Su vuelo sale en unas horas!
 -Ya se -Contestó sin mirarlo, se encontraban en el auditorio general, el cual estaba desocupado, así que aprovechó para sacar su Cello y tocar un rato, antes de partir- Pero quiero tocar.
 -¿No podía hacerlo en su casa? -Cammeron lo miró por fin a los ojos, sin dejarse intimidar.
 -Vaya, Señor Erbey... -Las pausas hacían que su voz resonara en el auditorio, mientras Erbey la miraba desde la entrada del lugar- Si tanto le molesta mi presencia... ¿Que hace en el auditorio conmigo? Yo estaba aquí instalada antes de que usted entrara.
 El hombre que tantas veces la había tenido que retener en dirección por problemas con profesores u otros alumnos, la fulminó con la mirada, como tantas otras veces, sin causar reacción alguna en la chica, que ya se encontraba sentada en el escenario con su Cello entre ambas rodillas, mirando a su Director con tranquilidad, como si esperara a que el saliera, antes de poder tocar. El hombre, molesto, dio media vuelta y cerro las dos grandes puertas de madera tras si, dejando a la chica, sola, junto con lo único que nunca la decepcionaría...  Dejándola con el amor de su vida, lo que podía llenar aquel vacío que siempre la acompañaba, llenarlo de felicidad, amor, pasión y tranquilidad, y quien sabe cuantos sentimientos mas, a los que aún no se les había dado nombre, todo eso con la melodía de cada cuerda, con la ternura del arco sobre ellas... Cada vibración se filtraba en su piel, se colaba entre cada tejido y la llenaba completamente...



 Respiró profundamente antes de salir del avión. Caminó sin distraerse por el Aeropuerto, con la maleta a un lado y el Cello en la otra mano. Tomó un taxi, dándole la dirección del hotel al chófer, su corazón latía con fuerza al ver los británicos edificios, el tipo de tiendas, los teléfonos públicos... Su Inglaterra. La miraba como una pesadilla, pero al estar allí nuevamente, no podía evitar sentir un cosquilleo en su estómago. 




.............

 Al fin llegó su primer día en la Academia de Música Clásica Inglesa. No dejaba de repetirse aquel nombre en su cabeza ''Academia de Música Clásica Inglesa'', vaya que sonaba... Clásica y también... Inglesa. Sonrió mientras caminaba por Londres con su Cello, estúpidas ocurrencias. Estaba nerviosa, las rodillas le temblaban cuando apoyaba su pie en la acera tras cada paso, pero no dejaba de caminar viendo hacia el frente y con la espalda muy recta. 


 -Bienvenida, Señorita Stuart. -Le sonrío la secretaria del director, cuando llegó a preguntar por su horario de clases. Era una joven de unos 25 años, muy maquillada, además su cabello rubio estaba muy recogido y peinado en un moño, daba la impresión de que si un solo pelo se soltara aquella chica con kilos de maquillaje en su rostro, se pondría a chillar.
 -Gracias. -Dijo intentando sonreír, y parecer amable. 
 -Aquí tiene su horario. Que tenga un buen día y espero se sienta a gusto aquí. -Sonrío de nuevo, o al menos hizo un gesto con su cara. Dio media vuelta e intentó acomodar el Cello de forma que no se golpeara al salir de la oficina, mientras con la espalda intentaba abrir. Pero entonces, sus rodillas volvieron a traicionarla, y se resbaló la agarradera del estuche del Cello de su mano. Mientras, preocupada, salvaba su amado instrumento de un terrible golpe contra el suelo, no se dio cuenta de que dejó que la puerta se volviera hacia el otro lado, golpeando a un inocente victima de ella. ¡Diablos! ¡Como odiaba ser tan torpe!


 -¡Oh Diablos! -Fue lo único que escuchó decir al muchacho al otro lado, que iba a abrir en el preciso momento en que la puerta se devolvió hacia el y le estrujó los dedos.
 -¡Mierda! ¡Cuanto lo siento! -Dijo aterrada de la vergüenza, mientras salía con costos aún cuidando el Cello y evitando mirar la cara del chico; lo dejó a un lado en el suelo una vez fuera de la oficina. -Lo siento, perdóname... Esque... El Cello...
 -Tranquila.. No fue nada. -Sonrío haciendo un gesto con su mano. Entonces ambos la miraron, la chica con cierta preocupación, los dedos estaban algo morados por el majón. -Si debo dejar el piano, será por tu culpa, eso si.. 
 -Mierda.. Realmente lo siento. -Dijo la muchacha sonrojada e intentando hacer algo y al mismo tiempo evitando todavía el rostro del joven que tenía al frente. -Ni cinco minutos aquí y ya he hecho un desastre.
 -Tranquila, estoy bromeando. De verdad... -Dijo aquel joven entre risas. -Soy Frederic, ¿Tu eres nueva? Nunca te había visto. 
 -Así es... -Contestó Cammeron, al fin logró verle la cara con un poco de tranquilidad. Frederic, no era muy alto, tenía los ojos castaño claro, y llevaba el pelo negro largo, quizás el mas largo que le hubiera visto jamás a cualquier chico de aquella edad, lo tenía un poco mas abajo de los hombros, y lo llevaba de medio lado. Era curioso... Era bastante atractivo. -...Frederic -Sonrío- Soy Cammeron.
 -Un gusto Cammeron. -Dijo dando una leve cabezada- ¿De donde vienes? ¡Espera! Antes de que contestes.. ¿Quieres ir por un café? La verdad no he desayunado y tengo hambre.. Además así puedo enseñarte un poco las instalaciones. -Cammy sonrío. 
 -Claro. Yo invito, es lo menos que puedo hacer, después de lo de tus dedos. 


.....


 -¡Vaya! -Decía Frederic, después de un sorbo de café- Aún no termino de digerir que hayas vivido tanto tiempo en América y aún así... Tu acento sigue siendo totalmente británico. -Cammeron rió por lo bajo.
 -Bueno... Mi madre hizo un buen trabajo evitando que se me pegara el extraño acento americano.
 -Eso parece. ¿Terminaste? ¿Que clase tienes ahora?
 -Historia de la Música Barroca. -Respondí mientras miraba mi horario.
 -¡Hey! ¡Yo también! Bueno... En realidad es la única clase que se imparte desde tan temprana hora, no es ninguna sorpresa. Así que vamos... El Señor Anderson no es muy amigable si llegas tarde.




PD: Hola! Tengo mucho sin subir por acá. Este capítulo no está muy interesante, ahorita habrán buenas apariciones. Se cuidan.








1 comentario:

  1. Oh por dios! no sabes como me emocioné al ver que habías subido capítulo aquí, espero y se hagan más frecuentes eh? (: amo este fic, igual el de Jime pero este me cautivo más, UY Frederic 1313 me pregunto que pasará con él, pobre Cam :c haber perdido a su mamá...u-u bueno espero y subas pronto Andre (: nos vemos, cuidate y un gran abrazo desde México♥

    ResponderEliminar