sábado, 27 de octubre de 2012

Cap.22 ''Después de tantos inviernos, hemos llegado a esto''

 Narra Cammeron

 ¿Que pasa cuando te das cuenta que la vida no es como lo cuentan los libros, las películas y los mismos diarios? ¿Cuanto dolor puedes sentir al notar las oscuras neblinas que rodean la vida? ¿Quienes son los verdaderos amigos...? ¿Quienes son los enemigos? ¿Cual es la verdad de la vida? ¿Como se puede demostrar el engaño? ¿Como se puede vivir feliz?
 Todas aquellas preguntas pasaban por mi mente esa mañana, como lo hacían a cada momento.. Habían tantas preguntas y tan pocas respuestas...
 Me pasé la mano por mi cabello recién lavado, me cubrí más con la gruesa cobija de aquel tremendo frío para reprimir un escalofrío y continué tomando el caliente té.
 Era una fría mañana, inundada de una espesa neblina. No tenía que ir a la Academia, pero me atemorizaba la labor de esa tarde, e intentaba a toda costa, ignorarla hasta que se acercara el momento de salir de la casa. Cuando por fin logré levantarme de aquel sofá, alguien llamó a la puerta. Resoplé cansada, pues no tenía ganas de verle a nadie el fastidioso rostro, ¿Por qué la gente no se ahorraba las visitas para otros momentos? Me miré en el enorme espejo instalado en la sala de mi apartamento: Era un completo desastre; estaba arrollada en una enorme cobija azul oscuro, mi cabello corto, caía despeinado en mi frente, bajo la cual lucían los achinados ojos y soñolientos ojos. Resoplé con desaprobación, después de que insistieran con dos golpes al otro lado de la puerta. Ignoré mi aspecto, la verdad era que a nadie le importaría como me viera, todo el mundo tenía aquel aspecto en las mañanas.
 -Hola... -Articuló apenas el joven, sin poder ocultar la timidez. Rápidamente sentí como mi rojo se sonrojaba.
 -¡Frederic! Yo... ¿Que..Que haces aquí?
 -Yo... Lo siento... Debí avisar que vendría, lo se-Ahora se notaba que estaba divertido al verme en aquel estado, lo que me dio aún mas pena, y me sonrojó con mas intensidad- Pero tengo un amigo que vive en el piso de abajo y.. Bueno, Doreen me mencionó que vives aquí y decidí... -Hizo una pausa, y se pasó nerviosamente los dedos por su largo y negro cabello, yo solo lo miraba, no sabía como reaccionar. Entonces resopló, cerró los ojos unos segundos y luego me miró- ¡Mierda, Cammy! Quería disculparme, a eso vine.-Me sostuvo la mirada unos segundos, esperando mi respuesta. Yo seguía embobada, no sabía de que diablos me hablaba.
 -¿Dis.. Disculparte? ¿Por qué?
 -No estuvo bien lo que hice el otro día. Tenías razón, no debo meterme en tus asuntos, y pues... Me quedó de lección, lo que pasa es.. Me tenías algo preocupado, bueno.. Nos tenías, a Doreen también ¿sabes? - El punto es: Perdóname por haberme metido en tus cosas, solo quería que supieras que podías contar conmigo, y lo que sea que te esté pasando, aunque no es asunto mio... Va a perder importancia en algún momento, y ya no te afectará tanto. -No podía creer que hubiera venido a disculparse de aquella manera, era un lindo gesto, hacía mucho tiempo que alguien no se preocupaba por mi de aquella forma. No pude evitar sonreír, yo había olvidado aquella pequeña discusión que habíamos tenido, en donde había sido yo quien lo había tratado mal.
 -Frederic, yo... No tienes por qué disculparte -Sonreí. -Yo no debí tratarte de esa manera.
 Sus ojos brillaron y su expresión se convirtió en alivio.
 -No te preocupes. -Se limitó a decir.
 -Pasa... -Dije aún con un poco de pena. -Disculpa el desorden... -Dudé- Y mi aspecto.
 -Te ves bien... -Rió.
 -Si... Bien mal. -Susurré con sarcasmo.
  Era obvio que aquel muchacho de largo cabello negro se estaba preocupando por mi, lo sabía y eso me causaba un cosquilleo de... ¿Felicidad? No. Alegría era lo que sentía en aquella ocasión... Aún me faltaba mucho para llegar a ese estado que tanta gente anhelaba, entre esa gente estaba yo, pero en secreto. 
 Frederic se quedó apenas unos minutos, donde conversamos un poco, pero pronto se dio cuenta que debía estar en un auditorio grabando una audición que enviaría a alguna otra institución. No me quiso contar con mas detalles y prometió hacerlo luego.
  Nuevamente sola, decidí darme un baño, eran las 9:30 de la mañana y seguía haciendo un frío que me hacía temblar y me daba escalofríos. 
 Salí de la ducha y me envolví en una toalla. Con dificultad me dirigí al ropero y pronto estaba frente al espejo mirando a una escuálida chica de cabello corto que temblaba de frío. Unos rasgados ojos me devolvían la mirada con un resentimiento que solo yo podía comprender. Los fuertes rasgos se habían intensificado al crecer, unos pómulos sobresalían del rostro y el cabello corto dejaba ver una marcada mandíbula que casi nunca daba paso a sonrisas. 
 Me vestí rápidamente, intentando despejar mi mente de cualquier pensamiento que volviera mas oscuro mi día. Frederic era muy amable conmigo... 
 -Ni te ilusiones, chica... -Me dije en un susurro- Todas las personas son iguales.

...

 Respiré profundamente antes de tocar el timbre, con miedo a que me abriera la puerta algún indeseado. Presioné mi dedo contra el botón blanco y unos segundos después...
 -Cammeron... -Murmuró mirándome a los ojos. 
 -John. -Bufé, maldiciendo por dentro... ¿No era posible que me abriera otra persona mas? No. Maldita sea, tenía que ser el. 
 -Escucha, yo... 
 -No quiero escucharte, John. -Lo corté, provocando que me mirara desafiante, pero no me inmute y sostuve la mirada hasta que el la desvió, casi con desesperación -¿Me dejas pasar? Por favor. Necesito ver al Sr. Martin.
 -El no ha llegado -Espetó acercándose, como si quisiera intimidarme y no me quedara mas que escucharlo. Maldito idiota. 
 -Bien. Déjame entrar.
 -¿Quieres escucharme?
 -No. -Contesté rápidamente. 
 - Bien. No me interesa, lo harás. ¿Que quieres que te diga? Yo...
 -No quiero que abras la maldita boca, Lennon...
 -Se que quieres escucharme, Cammeron. Y se que me extrañas..
 -¡Por favor! ¿Realmente crees que eres el centro de mi mun..?
 -¿Por qué diablos siempre tienes que la gente te vea como una chica ruda? ¿Crees que no se lo que eres? ¿Crees que no te conozco y que me voy a tragar esta maldita actuación que estás haciendo? 
 Lo miré con odio. No iba a escucharlo mas. Iba a entrar como fuera a ese estudio. Caminé hacia el, empujándolo.
 -¡No vas a entrar hasta que hables conmigo! -Espetó forcejeando contra mi. Me tomaba de los hombros, mientras yo lo empujaba con toda la fuerza que podía.
 -¡Mueve tu asqueroso trasero!
 -¡¡DIME ALGO, MALDITA SEA!! -Gritó histérico sacudiéndome. Paré mi forcejeo, y me solté bruscamente de sus manos.
 -¡No me conoces, Lennon! ¡Ha pasado demasiado tiempo! -No me molesté en reprimir una amarga risa mientras daba unos pasos hacia atrás- ¿Que diablos quieres de mi, John? 
 -¿Por qué nos está pasando esto? ¿Por qué diablos me odias, Cammy? -Sus ojos suplicaban, mientras su voz se quebraba y me rogaba que contestara a aquellas duras preguntas- ¿Por qué mierda me gritaste sin querer escucharme? ¡Dilo! ¿Por qué ayer peleamos? Yo.. ¡Diablos! ¿No puedes ser por un día suavizar tu personalidad y escucharme?
 -No, John. Lo siento, ha pasado demasiado tiempo. -Dije sin pensarlo. 
 -¡Cammeron! -Dijo una voz a mis espaldas-  ¡Que bien que llegaste! Siento el retraso, había mucho tráfico.
 -No se preocupe, Sr Martin. -Dije logrando sonreír levemente mientras le estrechaba la mano.
 -¡Hola John! ¿Tenían ensayo hoy también?
 -No, George. Yo... Ya me voy. -Dijo mirándome con profundo resentimiento, bajó las escaleras casi trotando, subió a un auto negro y se marcho.



 Hola!
Muchachas, les pido a todas que me disculpen por haber tardado tanto tiempo. La verdad es que por diferentes razones no había vuelto a escribir. Pero prometo que voy a continuar, hasta que este cerebro no tenga mas ideas. 
 Muchas gracias a todas por sus comentarios, me han animado muchísimo.