jueves, 8 de marzo de 2012

Cap.16 ''Live and let die''



Mayo de 1963.
 6 AÑOS DESPUÉS.
 5:00 am. 


 En una bonita y modesta casa de New York, el teléfono sobresaltó a la muchacha de cabello revuelto que dormía descobijada y ocupando toda su cama, abrió los ojos incorporándose rápidamente en su cama.
 El cuarto se encontraba totalmente desordenado, había ropa por todas partes, hojas de cuaderno de música, partituras, lapices y en una silla reposaba cuidadosamente un lindo violoncello de madera opaca junto al arco (((Chicas, para las que no lo saben diré cello (chelo) porque es la forma correcta de escribirlo, para que ninguna se me enrede y valla a leer ''ceyo'' xD )))
 Cammy se talló los ojos y tomó torpemente el teléfono.
 -¿Diga? -Contestó con voz perezosa.
 -Cammeron, estamos en el hospital. -Susurró una voz entrecortada.
 -¿Q-Que sucedió? -Preguntó la chica con el corazón acelerado e incorporándose rápidamente.


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 La chica caminaba tan rápido como sus pies se lo permitían, pronto llegó al pasillo que la recepcionista le había indicado y miró asustada como su tía, a la cual apenas seis años atrás había conocido, se encontraba hablando con un médico, se acercó a ellos.
 -¿Que ha pasado?
 -¿Estas son horas de llegar? ¡Es tu madre! -Replicó la mujer, ya entrada en edad, con voz acusadora.
 -Vine tan rápido como pude. -Replicó cortante. Su tía siempre se había empeñado, desde que la madre de Cammy había caído enferma, en reprenderle su falta de atención hacia la pobre mujer enferma.
 -¿Una hora después?
 -¡No vivo junto al Hospital, tía Clarence! -Se ofendió.
 -Señoras, por favor, guarden silencio. -Intervino el médico, ambas lo miraron, la mayor avergonzada y la mas joven indiferente.

Las horas pasaron, Cammeron no sentía, no podía pensar y se sentía vacía mientras que su tía estaba inquieta y sollozando.
 De un pronto a otro, el médico salió con cara sombría de la sala.

-Tuvo otro infarto. -Anunció, suspiró y volvió a hablar- Lo sentimos, hicimos lo que pudimos. -Dicho esto hizo una respetuosa pero fría cabezada y se alejo, mientras la tía de Cammeron lloraba con fuerza, pero la muchacha solo cerró los ojos, intentando sentir dolor... Pero solo aparecía la angustia... Esa angustia que la había acompañado por mas de seis años.